Según nuestro estudio, 34 años es la edad óptima para el ajedrecista y de 28 a 38 años es la época de mejor rendimiento.

Sucede, en muchos deportes, que las edades de los campeones se han acortado drásticamente. Con frecuencia, hasta la adolescencia. Esto sugiere, antes de análisis, que el ajedrez no es ajeno a esta dinámica. Pero, ¿y si no fuese realmente así? ¿Qué sorpresas nos deparan las estadísticas? Vean cómo, con un dato a priori significativo descubierto por nuestro editor, el GM Miguel Illescas, se podría incluso inferir una posible edad dorada del cerebro humano en la madurez.