¿Porqué y cómo estudiar los finales? Por primera vez en Internet – y en castellano – el GM Jesús de la Villa nos ofrece la versión en vídeo de su bestseller «Los 100 finales que hay que saber», del que se han hecho numerosas reediciones y traducido a varios idiomas, entre ellos el inglés. Es una obra imprescindible para todo aquel aficionado que quiera aumentar su nivel de juego de forma sólida y rápida. ¡Solo lo encontrará en ICC!
La importancia relativa del final
(Extracto del bestseller impreso: “Los 100 finales que hay que saber” 2ª edición revisada – Ed. Esfera)
En mis primeros tiempos en el ajedrez, leía a menudo sobre lo importante que es conocer bien los finales y la futilidad de estudiar las aperturas. No sólo me encontraba con estos argumentos en los libros de Capablanca, sino también en muchos artículos de las revistas de la época. Frases como “la mayor comprensión de los grandes maestros se manifiesta en el final” y cosas similares. El mismo o parecido tratamiento se daba a la estrategia en comparación con la táctica, cosas como que “los grandes maestros gastan mucho más tiempo en elaborar los planes que en calcular las variantes”, etc. Debía ser por esto, que yo, que durante la partida gastaba casi todo mi tiempo en calcular con precisión las variantes, y fuera de ella dedicaba mucho más al estudio de las aperturas que al de los finales, ni siquiera me podía imaginar que llegaría a ser gran maestro alguna vez.
Me costó tiempo descubrir que todos estos consejos eran bastante exagerados, pero tal vez debo estarles agradecido, porque sin ellos, no sé si hubiera prestado a esta fase de la partida la atención que se merece. Preocupado por aquellas afirmaciones de expertos jugadores, dediqué algún tiempo al estudio de los finales, e incluso acabé disfrutando con ellos.
Es cierto, que después de una de mis primeras medidas, bastante drástica, por cierto, la de comprar el tan excelente libro, como incomparable ladrillo, “Finales de Torre” de Lowenfish y Smyslov, me vi obligado a comenzar su lectura varias veces, porque rara vez lograba pasar del segundo o tercer capítulo, pero a pesar de todo, alguna cosa se fue filtrando.
En los últimos tiempos, el predominio de las aperturas ha llegado a ser agobiante. Todos los grandes jugadores pasan la mayor parte de su tiempo investigando en nuevas variantes, con las cuales sorprender a sus rivales y comenzar la batalla sobre el tablero en una posición lo más ventajosa (o menos desastrosa, según se mire) posible. Pero no se engañen, no es que se haya descubierto que los finales no sirven para nada, es que esos jugadores ya “han hecho los deberes” y como mínimo, conocen bien los finales más importantes. Claro que hay ilustres excepciones, como se puede comprobar de vez en cuando en algunas partidas, y como verá en varios ejemplos de este libro, pero en general, los jugadores de elite están bien preparados en los finales. Lo que sucede es que el campo de los finales teóricos conocidos, y más aún el de los realmente importantes en la práctica, es mucho más reducido que el de las aperturas. Ellos ya han hecho su trabajo a tiempo, y ahora pueden dedicar la mayoría de sus esfuerzos en otras direcciones, sin temor a regalar un par de medios puntos por torneo.
Así pues, si se quiere llegar a un determinado nivel de Elo, un buen conocimiento de los finales, no vamos a decir que es imprescindible, pero sí que resulta muy conveniente. En caso contrario, simplemente lo que sucederá es que medios puntos se escaparán de vez en cuando, y alguna vez puntos enteros, y esos regalos raramente se verán compensados por las victorias conseguidas en las aperturas, porque hoy en día, en ese terreno, hasta el más tonto hace relojes. Para decirlo claramente: si un jugador alcanza un determinado nivel de juego, teórico, estratégico y táctico, perderá muchos puntos si su conocimiento de finales no se corresponde con ese nivel, y en ese caso, estudiar algunos finales, será el medio más económico de mejorar su Elo. Si sus conocimientos de finales ya están a la altura de sus otras habilidades, entonces el esfuerzo para mejorarlos ya no será tan rentable. Pero por experiencia les puedo decir, que, en una aplastante mayoría de los casos, no es así.
¿Por qué sucede esto? Bueno, cualquier ajedrecista con varios años de práctica, aunque tenga menos de 2000 de Elo ya lo sabe: “El estudio de los finales es aburrido” y además “La mitad de ellos (o el 90%) se olvidan” y “No encuentro libros que los expliquen bien” y el más ingenioso “¡En mis partidas nunca se producen!” (esto último es especialmente cierto en partidas de jugadores que siempre evitan el final, a veces a costa de jugadas demasiado arriesgadas que les llevan a innecesarias derrotas en el medio juego, pero claro esas derrotas se justifican luego por errores tácticos) y toda otra serie de razones parecidas.
Esta tendencia a ignorar el final, se ha agravado incluso con la aceleración de los ritmos de juego y la desaparición de las partidas aplazadas. Antes, los aplazamientos permitían analizar profundamente algunas posiciones (que a menudo eran finales) y ayudaban a “cogerles gusto”. Además, con tiempo en el reloj, era posible jugar con precisión las fases simples y merecía la pena después analizarlas, porque se trataba de obras pulidas, en las cuales afinar nuestra comprensión global del juego. Ahora rara vez se juega un final con un tiempo decente en el reloj, y eso provoca verdaderas sesiones de disparates. En consecuencia, ver los finales de las partidas actuales es más útil para una sesión de risoterapia, que para una clase de ajedrez. Pero precisamente, por la falta de tiempo, el conocimiento de los finales básicos se ha hecho más necesario que nunca; con poco tiempo en el reloj y jugando sin orientación, las posibilidades del desastre se multiplican.
Así que mi idea al escribir este libro, ha sido ayudar a los jugadores que estén dispuestos a hacer un esfuerzo para corregir esta situación, casi endémica. El libro puede ayudarles, pero no nos engañemos, no hay fórmulas mágicas, ni tampoco pastillas de la sabiduría, y tienen que poner algo de su parte. Para ello he pensado mucho sobre cómo enfocar el estudio, y por qué muchos excelentes libros escritos hasta ahora no han logrado su objetivo. Mi hipótesis principal es que la mayoría de los libros de finales han sido escritos con enfoque de libros de consulta, es decir con la intención de recopilar y exponer conocimientos, pero sin el deseo de explicarlos. La mayoría de ellos van muy deprisa y contagian a los lectores, que también los leen deprisa. Por eso mi intención ha sido explicarlos despacio y recomiendo estudiarlos del mismo modo.
Índice de la Vídeo serie (50 vídeos)
- Introducción
- Finales básicos
- Caballo contra un peón
- Dama contra peón
- Torre contra peón
- Torre contra dos peones
- Alfil y peón contra alfil del mismo color
- Alfil contra caballo con un peón
- Alfil y dos peones contra alfil de distinto color
- Torre y peón contra torre
- Torre y dos peones contra torre
- Finales de peones
- Diferentes relaciones de material
- Extras
Más información
- Vídeo #01 – Los 100 finales que hay que saber
- Videoteca de ICC en Español
- Libro “Los 100 finales que hay que saber”